El País

Se cumplen 41 años del hundimiento del Crucero General Belgrano

Fue atacado por el submarino nuclear británico HMS Conqueror y murieron 323 tripulantes. Es la mayor tragedia naval en la historia de la Armada Argentina, un hecho que marcaría un antes y un después en el conflicto del Atlántico Sur.

El ministro de Defensa, Jorge Taiana, encabezará este martes el acto por el 41 aniversario del hundimiento del crucero ARA “General Belgrano”, que se llevará a cabo en la base naval de Puerto Belgrano, se informó oficialmente.

El acto de conmemoración contará con la presencia de autoridades de la Armada Argentina, veteranos de la última tripulación del crucero y familiares, entre otros.

Durante el acto, habrá palabras alusivas, se colocarán ofrendas florales y se descubrirán placas conmemorativas.

El hundimiento del crucero General Belgrano provocó la muerte de 323 personas el 2 de mayo de 1982, en el marco de la Guerra de Malvinas, por el ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror.

Fue la mayor tragedia naval en la historia de la Armada argentina, un hecho que marcaría un antes y un después en el conflicto del Atlántico Sur.

Unos 770 tripulantes lograron sobrevivir no solo al ataque con dos torpedos, producido el 2 de mayo de 1982, sino también a la tormenta y las bajas temperaturas en altamar que los pondrían a prueba hasta su rescate.

El día anterior al ataque, el General Belgrano, que cumplía la tarea de interceptar comunicaciones británicas a fin de identificar los movimientos del enemigo, había recibido órdenes para patrullar las aguas al sur de Malvinas junto a los destructores Piedrabuena y Bouchard, en una zona fuera del área de exclusión militar de 200 millas de radio fijada de forma unilateral por el Reino Unido.



A bordo del ARA General Belgrano el clima era tranquilo y de mucha camaradería entre sus 1093 tripulantes quienes, previo al conflicto bélico, habían realizado en su mayoría varias navegaciones y múltiples simulacros de combate y de abandono del buque; esos ejercicios serían fundamentales para ganar valiosos minutos y salvar la vida de muchos luego del ataque británico.

El General Belgrano, un crucero de 13.500 toneladas de origen estadounidense botado en la 2° Guerra Mundial que salió indemne del ataque japonés a Pearl Harbour, no contaba con sonar para detectar la presencia de submarinos, por lo que no pudo identificar a tiempo la amenaza del submarino nuclear HMS Conqueror de la Marina británica, que lo acechaba a 400 millas y tras 30 horas de seguimiento.

Al recibir la orden de atacar, a las 16.02 del domingo 2 de mayo de 1982, el Conqueror disparó 3 torpedos Mark-8: el primero impactó en la sala de máquinas y el segundo destruyó la proa del General Belgrano, mientras que el tercero intentó dañar al destructor Bouchard pero, sin dar en el objetivo, explotó a 100 metros de ese buque algunos minutos después.

El ataque tomó por sorpresa a los tripulantes del Belgrano. Las balsas ya se encontraban asignadas y preparadas para albergar a grupos de veinte tripulantes; estaban equipadas con elementos de supervivencia, como instrumentos de pesca, caramelos concentrados, agua y un botiquín de primeros auxilios.

Una tormenta feroz azotó las balsas a partir de la tarde y a lo largo de la noche de ese domingo, lo mismo durante toda la madrugada del 3 de mayo: olas enormes, vientos de hasta 120 kilómetros por hora sumado a una sensación térmica que, se estimó, oscilaba entre los 10 y 20 grados bajo cero, pusieron a prueba la resiliencia de los sobrevivientes, que que estuvieron entre 20 y 43 horas en altamar hasta ser rescatados.

Unos 793 tripulantes fueron rescatados de las heladas aguas del Atlántico Sur, 770 de ellos lograron sobrevivir.

El Piedrabuena, con 300 tripulantes a bordo, pudo salvar a alrededor de 270 sobrevivientes; el Gurruchaga rescató a 360 náufragos, más de cuatro veces su dotación; el Bouchard siguió rescatando náufragos pese a sufrir una avería en sus máquinas; mientras que el Bahía Paraíso pudo rescatar a los últimos 18 tripulantes con vida luego de 43 horas de intensa búsqueda.

El martes 5 de mayo, los buques arribaron a Ushuaia donde desembarcaron a los sobrevivientes para que recibieran pronta asistencia y hasta el 9 de mayo se continuó con las tareas de la búsqueda y recuperación, pero ya solo se encontraron balsas vacías o con tripulantes sin vida.

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